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La hora de hacer algo por el agua



  • A medida que el tiempo pasa y no se hace nada o muy poco, la crisis aumenta

  • La escasez de agua puede ser peor que la escasez de petróleo

En América Latina, viven por lo menos 150 millones de personas, es decir una cuarta parte de la población total, en zonas donde el agua es escasa, y además unos 400 millones de personas carecen de servicios de saneamientos seguros, según el Banco Mundial.


No se trata solo de estadísticas sino de un serio problema, que en el futuro cercano, se volverá cada vez más crítico, dado que este panorama se está agravando con el cambio climático.


Según la Organización de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) “en el mundo, cada día, más de 700 niños menores de 5 años mueren de diarrea relacionada con la falta de agua, saneamiento e higiene. El cambio climático agrava el estrés hídrico -zonas con recursos hídricos extremadamente limitados-, lo que lleva a una mayor competencia por el agua, e incluso a conflictos”.



Este cambio climático, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU) está alterando gradualmente los patrones meteorológicos provocando fenómenos extremos en el planeta, reduciendo o complicando la disponibilidad de agua, y no solo provoca escases, sino también un deterioro de la calidad del agua un muchos puntos.


Los períodos prolongados de calor y sequía aumentan la demanda de agua en las ciudades de la región, así como un aumento de la temperatura también ha generado mayores tasas de evaporación de la vegetación y los cuerpos de agua, en un momento en que el agua suele ser más escasa. Esta tendencia conduce a un aumento del déficit hídrico en casi toda América Latina y el Caribe.


A las puertas de una guerra por el agua


La escasez de agua ha estado presionando a muchos países a buscar estos recursos, lo cual, eventualmente puede o ha provocado conflictos importantes, los cuales pueden ser prevenidos.



Manuel Perló Cohen, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, y autor de ¿Guerra por el agua en el Valle de México?, sostiene que los potenciales conflictos que pueda originar la falta de agua potable están a tiempo de ser prevenidos: “Sí se puede evitar, sí se puede disminuir el riesgo y la tensión. No se trata de presentar una visión apocalíptica de que vamos a enfrentarnos inevitablemente por temas del agua”.


Sin embargo advierte dijo que de acuerdo con la World Water Organization, se tienen registrados 1,298 conflictos mayores relacionados con recursos hídricos desde el año 2500 a. C. “Sólo de 2020 a 2022 hubo 202 pugnas por el agua. Es una bandera roja, si no hacemos una serie de cambios, si no modificamos todo el espectro del problema, la situación llegará a los enfrentamientos y posiblemente hasta la guerra”, señaló el universitario.


Alerta roja para América Latina


En el caso de América Latina, el Banco Mundial advierte que este fenómeno está interrumpiendo el ciclo del agua con el aumento del calos lo cual ha causado que que los glaciares andinos se derritan o desaparezcan y “cuando esto ocurre, los caudales de verano hacia los ríos también disminuyen o desaparecen”.



También, y como se observa en diferentes países, el cambio climático está afectando dramáticamente los patrones de lluvia, “la precipitación anual aumentó en América del Sur entre 1950 y 2018, disminuyó en América Central y el centro-sur de Chile durante el mismo período”, destaca el informe que advierte que los resultados han sido que la disminución del agua fluvial se reduzca en muchos países y en las cuencas más críticas.


Agricultura está siendo golpeada


Según el Banco Mundial más del 50 % de los 1,9 millones de pequeños agricultores “viven bajo condiciones de vulnerabilidad en el Corredor Seco, una región ecológica en la costa del Pacífico centroamericano afectada por la sequía.


El organismo destaca que en los últimos veinte años, América Latina experimentó 74 sequías, que provocaron más de 13.000 millones de dólares en daños. Este fenómeno impacta en la producción agropecuaria y en los medios de vida de los agricultores, especialmente de aquellos que viven en condiciones de vulnerabilidad. Por ejemplo, más del 50 % de los 1,9 millones de pequeños agricultores viven bajo estas condiciones en el Corredor Seco, una región ecológica en la costa del Pacífico centroamericano afectada por la sequía y la inseguridad alimentaria.



En la otra cara de la moneda, en los últimos 20 años, América Latina y el Caribe experimentó más de 548 eventos de inundación extrema que causaron US$26.000 millones en daños, las cuales afectan a más de 1,8 millones de personas cada año. La frecuencia de estas inundaciones y aludes aumentó unas 1,6 y 1,5 veces, respectivamente, en tanto los cambios climáticos auguran un agravamiento de esta tendencia.


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