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Entra en vigencia impuesto europeo sobre el carbono

  • Se trata de un un arancel las emisiones de carbono para las importaciones de los países que no tomen medidas similares para reducir sus propias emisiones de gases de efecto invernadero.


A partir del 1 de octubre, y casi silenciosamente, la UE dio inicio a la primera fase de un impuesto europeo sobre el carbono de los productos importados. Es la primera vez en el mundo que se pone a prueba un impuesto fronterizo sobre el carbono a esta escala, el Mecanismo de Ajuste de las Emisiones de Carbono en la Frontera (CBAM).


Este experimento europeo podría tener efectos en cadena en todo el planeta, empujando a las industrias de altas emisiones a limpiar su producción e incentivando a otros países a lanzar sus propios impuestos sobre el carbono. Podría acabar siendo la política climática más importante de la que nunca se haya oído hablar, según reportan diversos sectores tanto ambientalistas como económicos.


Emily Lydgate, catedrática de Derecho Medioambiental de la Universidad de Sussex, aseguró que "es un excelente ejemplo de ambición desmedida en el frente normativo".


El 13 de diciembre de 2022 el Consejo y el Parlamento Europeo lograron un acuerdo político provisional para crear el Mecanismo de Ajuste en Frontera al Carbono (CBAM). Se trata de una penalización que grava los productos importados en función de sus emisiones de gases, nivelando el terreno de juego entre productores locales y terceros que exportan a la UE.


En ese momento el Consejo Europeo adoptó formalmente este nuevo gravamen el pasado mes de abril de 2023, cuando la Comisión Europea publicó una infografía en la que admitían que los países "con políticas climáticas menos estrictas", como China, pueden vender a los Europeos productos más baratos, por lo que pensaban encarecer esos productos también.


El Mecanismo de Ajuste en Frontera al Carbono, un experimento cuyos resultados están por verse en el futuro cercano, tendrá un funcionamiento similar al mercado de los derechos de emisión de CO2 europeo y obligará a los países extranjeros a comprar también certificados de emisión si quieren importar productos dentro de nuestras fronteras, han indicado autoridades comunitarias.


La primera fase de su implantación abarcará "sectores con altas emisiones de carbono y alto riesgo de fuga de carbono" asegura Bruselas apuntando directamente al cemento o al aluminio. Además, advierten de que "se prevé ampliar este mecanismo a más sectores en el futuro".


Cómo funcionará



El Mecanismo de Ajuste de las Emisiones de Carbono en la Frontera (CBAM) es esencialmente un impuesto a la importación de productos intensivos en carbono, como cemento, acero, fertilizantes y electricidad. Desde 2005, la UE impone un precio al carbono a las industrias altamente contaminantes dentro de sus fronteras, obligando a los fabricantes a comprar créditos para cubrir el carbono que emiten o arriesgarse a fuertes multas. Las empresas reciben un cierto número de derechos gratuitos, pero para emitir más carbono deben pagar unos 80 euros (75 dólares) por tonelada métrica por ese privilegio, uno de los gravámenes sobre el carbono más altos del mundo.


No obstante Marcus Ferdinand, Director de Análisis de la consultora de carbono Veyt, sostiene que "la UE intenta exportar su precio del carbono al resto del mundo".


Agrega que "lo que vamos a ver es una posible proliferación de otros mercados de carbono lo que hará que sea más visible y elevará el precio del carbono en la agenda política de lugares que probablemente antes no le prestaban tanta atención".



También prevén que un impuesto que repercute en los precios al consumidor, puede tener efectos inflacionistas: Los empleados que tienen que pagar un nuevo impuesto pedirán un aumento de sus salarios. Pero si el producto del impuesto se redistribuye, la ganancia de poder adquisitivo compensa el aumento de los precios y el efecto inflacionario es limitado. La dinámica de los precios depende de las condiciones económicas generales.


No obstante este mecanismo inicia con un período de ajuste “suave”, de octubre de 2023 a diciembre de 2025, los importadores de bienes cubiertos por la CBAM tendrán que declarar las emisiones de esos productos, pero no tendrán que comprar derechos de emisión de carbono.


No obstante su onda expansiva ya se siente en otros países. En Estados Unidos, los demócratas ya propusieron en julio su propia versión de un impuesto sobre las importaciones de países que carecen de políticas climáticas sustanciales como parte de un plan presupuestario de 3,5 billones de dólares. Aunque esa iniciativa es mucho menos detallada que el plan de la UE, es una señal de que la política climática se está entrelazando cada vez más con la política comercial.


“Sigue siendo una incógnita si los ajustes en las fronteras son la mejor manera de estimular la cooperación mundial en materia de cambio climático o si otros enfoques podrían funcionar mejor”, dijo Brian Flannery, investigador invitado de Resources for the Future, un centro de estudios de Washington.

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